viernes, 10 de octubre de 2014

Venezuela, mientras todos te evitan, yo deseo volver a ti.



El majestuoso Salto del Ángel. La catarata mas alta del mundo: 979 metros.
Cuando le dije a mi familia que iría de vacaciones a Venezuela, mis padres dijeron: ¿Estás loca? ¡No vas! Mis hermanos dijeron: Si algo te pasa o te secuestran, ni nos llames porque no hay dinero para pagar rescates. Bueno, aún así me fui a Venezuela en agosto de este año, y volví a Perú sana y completa.

Con todo lo que se ve en las noticias respecto a los conflictos políticos y con todas las advertencias que dan las embajadas acerca de ir a Caracas, debo admitir que también tuve miedo al viajar.

Sin embargo, una vez en suelo venezolano no podía dejar de sonreír. A comparación de Lima, una ciudad gris y con poco verdor, Caracas es todo verde, lo cual le da un aspecto saludable y limpio.

Caracas
Otra ventaja de ir a Venezuela es el cambio del dólar, el cual es muy favorable para los turistas, pues, en ese entonces, pude cambiar 1 dólar a 78 bolívares (obviamente en el mercado negro), pues el gobierno solo me hubiera dado unos 38 bolívares por dólar (hoy, el valor del dólar está en 100 bolívares).

Solo para que tengan una idea de que tanto nos favorece el cambio, les doy un ejemplo: Una noche en el Hotel Plaza Venezuela, que por cierto, lo recomiendo mucho, me costó 840 bolívares, o sea, unos 11 dólares que pagué con una amiga que viajaba conmigo. Es decir, cada una pagó unos 5.5 dólares por noche en un hotel 2 estrellas. Más barato, no lo creo.

En Caracas solo estuve unos 3 días, durante los cuales visité la ciudad en auto, pues un amigo mío venezolano, muy amablemente se ofreció a pasearnos a mi amiga y a mi. Acá debo agregar que es algo peligroso para un turista estar tomando fotos de la ciudad. Es por eso que no se ven muchos turistas en Caracas. Así que les recomendaría pasear en taxi o alquilar un auto y ser cuidadosos al tomar fotos. Esto solo es en Caracas. En los demás Estados uno es libre de fotografiar todo.

Aunque Chávez ya no está, sus ojos están por toda la ciudad, vigilando.
Saliendo de Caracas empezó lo mejor. El gran viaje a Canaima, parte de la Gran Sabana. Para hacer este viaje, tuvimos que tomar un avión de Caracas a Puerto Ordaz en el Estado Bolívar, el cual costó aproximadamente unos 20 dólares ida y vuelta. De ahí, tuvimos que tomar una avioneta hacia Canaima, el cual si fue algo caro, unos 90 dólares ida y vuelta.

     Vista de un tepuy en la zona de la Gran Sabana Venezolana (Canaima).
Así llegamos a Canaima, en donde todos los turistas toman una especie de minibus con destino al campamento que le brindará el tour. El que escogimos con mis amigos fue el Campamento Parakaupa, el cual también recomiendo mucho por su exquisita comida (ojo! soy peruana y sé de comida), y la habitación que nos asignaron parecía de película con una vista espectacular.

Vista de dos tepuyes desde mi habitación en el Campamento Parakaupa. Y en la noche, con los rayos, la vista es aún más espectacular.
Ya en el campamento, la habitación, la comida y el tour de dos días, incluido el Salto del Ángel, sale aproximadamente unos 150 dólares. En total, para visitar esta maravilla del mundo, gasté unos 260 dólares con avión y todo. Se habrán dado cuenta que solo doy aproximados, y es que el cambio del dólar varía mucho en Venezuela por la hiperinflación.

Cuando se empieza el tour a los pequeños saltos o cataratas, siempre les piden ponerse repelente y comprar ponchos para no mojarse. ¡Mentira! Aún si te envolvieras en cinta de embalaje siempre terminas mojado. Así que ahórrense ese gasto. El repelente si es necesario y no olviden el bloqueador, porque al tomar la lancha para ir al Salto del Ángel, uno se pasa 4 horas en una balsa sin techo ni sombra alguna, y sería una lástima para tu piel estar expuesta 4 horas al sol. 

A una hora de llegar al Salto del Ángel, sin embargo, ya se puede ver a lo lejos.
Hay otra cosa que no he leído en ningún blog como recomendación, y es que cuando uno llega, después de 4 horas en lancha, al Salto del Ángel, en verdad aún no llegas, sino que ya estas cerca. Luego te espera una caminata de hora y media para poder llegar al mirador y estar casi en la base de la catarata. Y aquí viene mi consejo: Esa caminata de hora y media es por selva virgen, en donde más del 90% de vegetación es venenosa, y como la caminata es dura, agotadora y resbalosa, uno se tropieza de vez en cuando y para evitar caer mal, uno termina agarrándose de donde sea, incluso de una rama venenosa, que, claro, uno no sabe que es venenosa hasta que lo lee en Internet. Así que les recomiendo llevar guantes.

Y por fin llegamos! No lo piensen, solo vayan y no se arrepentirán. Yo no hice el sobrevuelo, pero se los recomiendo porque dicen que es espectacular ($50). Bueno, a mi me tocará volver!
Yo fui unos 13 días, por lo cual, luego de Canaima me pude ir a conocer el caribe venezolano. Mis amigos me recomendaron ir a Morrocoy. También otra belleza. Agua turquesa, caliente y sin olas, arena blanca y mini arrecifes. 

Una isla de Morrocoy
Por cierto, los paisajes paradisíacos no están ahí no más a la vista, sino que uno debe tomar una lancha para llegar a las pequeñas islas que conforman el Parque Nacional Morrocoy. A donde yo fui, fue solo a una de las tantas islas o cayos, como lo llaman allá.

Espero que visiten Venezuela y lo disfruten tanto como yo, y sobre todo, no tengan miedo. No olviden que la prensa tiende a exagerar todo, créanme, yo soy periodista y sé lo que digo.

Cayo Playuela Playuelita.
Y para que se animen aún más, les dejo un video que a mí me anima a volver cada vez que lo veo.
Buen viaje!
;)












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